Los Golden State Warriors desfilaron por las calles de San Francisco para celebrar su triunfo sobre los Boston Celtics en la final de la NBA. Confetis azules y amarillos caían sobre la multitud, mientras los jugadores levantaban su trofeo, para luego bajar del autobús y celebrar con los aficionados. Una actuación deslumbrante de Stephen Curry impulsó al equipo a la victoria, con un global de 4 a 2, para obtener así su séptimo título de la NBA.
Con un marcador de 103-90, los Warriors conquistan su cuarto anillo en ocho años. Curry fue nombrado, por primera vez en su carrera, MVP-Most Valuable Player, el jugador más valioso, un premio atribuído cada año por la NBA.